En cada momento de nuestra vida manifestamos pensamientos y creencias que se materializan en nuestra realidad. Sólo con la imaginación, los sentimientos y las sensaciones podemos recrear o destruir lo creado.
Manifestar es asumir como cierta una determinada experiencia. Es tener la seguridad de que algo que deseamos experimentar ya es, aunque este objetivo todavía no se haya realizado.
Si sabemos que consciente o inconscientemente creamos nuestra realidad, cualquier conflicto o problema se debe a un pensamiento erróneo o a una creencia incorrecta que podemos modificar.
La Ley de la Asunción es un concepto adoptado por el autor Neville Goddard a mediados del siglo pasado, que consiste en asumir nuestra realidad desde un estado de consciencia de responsabilidad y autoconocimiento, que nos lleva a experimentar una determinada experiencia o situación que todavía no se ha producido con el convencimiento de que se acabará realizando.
A veces no estamos enfocados en lo que deseamos manifestar a causa de nuestra programación inconsciente, nuestro sistema de creencias, nuestros miedos o inseguridades. Si nos mostramos receptivos a los acontecimientos que se vayan produciendo y tenemos confianza en el cumplimiento de nuestro objetivo, empezaremos a actuar de una manera diferente, no tanto desde la lógica y más desde la intuición. Se trata de alinear lo que quiero con lo que creo, y sentir desde la emoción mi deseo cumplido.
Si dejamos de lado el control de los eventos, dudas y desconfianza, avanzaremos a través de un puente de incidentes que nos llevará a conseguir nuestro objetivo.
El puente de incidentes son todos aquellos acontecimientos que me llevan a mi manifestación de forma natural, a través de mis impulsos inconscientes. Es todo lo que sucede para llegar a cumplir mi objetivo, y cómo el universo trabaja para hacer realidad lo que he manifestado con el pensamiento.
Un cambio de sentimiento es un cambio de destino. La imaginación es el comienzo de la creación. Te imaginas lo que quieres, y luego crees que es verdad. Cada sueño podría ser realizado por aquellos lo suficientemente disciplinados como para creerlo. Neville Goddard
